60.000 llenaron Wembley el 20 de Abril de 1992 para despedirlo. Otros 1000 millones en el Mundo sintonizaron esa epopeya convertida en recital de rock, en una de las expresiones de agradecimiento y tributo más grandes que se recueden.
Luego llegarían estatuas, libros de ex amantes, rumores, desmentidas, anécdotas incomprobables. Un milagroso disco póstumo editado desde la pasión de Brian May, Roger Taylor y John Deacon, haciendo honor al enorme esfuerzo del gran Mercury para grabar con lo último que le quedaba de voz.
Pero antes de eso, hubo un hombre, que antecedió al mito. Un muchacho tímido, inseguro hasta de su sexualidad, como así también de su enorme talento.
Capaz de grabar temas de toda índole. Operas, temas pop, de rock, folk, rock sinfónico, heavy metal, rockabilly, country. Nada le escapaba al gran Mercury.
Derribó prejuicios en donde puso su voz. Los escándalos que podía propiciar su sexualidad sólo parecían importarle a la retrógrada MTV, fiel reflejo del conservadurismo norteamericano de los 80. En el mundo libre que no pertenecía al gran Imperio, Freddie fue amado como nadie, se vistió de mujer, peleó con Highlander, se vistió de vagabundo, de motoquero y hasta con trajes formales y serios, lejanos a su extravagancia habitual.
Murió sin dar lástima, sólamente entregando música en lugar de la decadencia que los medios buscaban exhibir. Se fue cuando quiso y no cuando resultó conveniente.
"No voy a ser una estrella de rock. Voy a ser una leyenda" profetizó una vez.
Error, Freddie
Leyenda es una narración oral o escrita, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o basada en la verdad....
Su fuego sagrado fue tan real que todavia quema....
