sábado, 12 de diciembre de 2015

A 39 años de "A day at the races"

Un 10 de diciembre de 1976 era lanzado "A day at the races", quinto disco de Queen. Al igual que el anterior, llevó como nombre una película de los hermanos Marx. La coincidencia no es tan casual: Esta obra continúa el rumbo de "A night at the opera". La fórmula vuelve a resultar exitosa, aunque cabe preguntar que hubiera ocurrido si ambos se lanzaban como un LP doble, algo que se barajó en primera instancia.


Pese a la enorme desventaja de suceder a un disco insuperable, pudo marcar su lugar en la historia grande. Arranca con un rock increíble. "Tie Your Mother Down" se convertiría en un clásico en vivo hasta el final de las giras de la banda. Las baladas "You Take My Breath Away" y "Long Away" se destacan cada una con su sello. La primera, mercuriana, empalagosa, llena de glamour. La segunda, con la voz y la calidez habituales de May, además de su guitarra reconfortante.


"The Millonaire Waltz" derrocha el sello de Mercury para impostar la voz, juguetear con ella mientras propone un baile embriagador. "You and I" es la "balada Deacon", que emula a "You're my best friend" (varias canciones tienen su equivalente sonoro del disco anterior).

"Somebody To Love" vendria a ser la "Bohemian Rhapsody" de esta obra, no por lo musical, sino por lo excelsa y por ser el hit principal y primer single. Es una canción donde los coros "gospel" de Freddie, Brian y Roger se llevan gran parte del mérito. La voz de Freddie en distintas escalas da un salto cualitativo impensado. Está excelentemente producida y la guitarra de May aporta sonidos inolvidables. En vivo, con las modificaciones obvias ante la imposibilidad de ser tocada con semejantes voces, se terminó convirtiendo en un gran clásico, siendo parte del setlist desde su salida hasta la anteultima gira.


"White Man" de May y "Drowse" de Taylor siempre fueron considerados buenos temas de relleno, que han sabido tener sus fans. El tema de Roger tuvo una cierta reivindicación al incluirse en "Queen Forever" en 2014. "Good Old Fashioned Lover Boy" es un tema de Freddie, tan Freddie que no existe forma de desconocerlo como creador. Empieza con él en el piano, luego su voz y los coros son espectacularmente glamorosos. Hay mucho ir y venir de armonías y voces duplicadas del cantante y de los coros. Es uno de esos temas que, más allá del éxito comercial, siempre estuvo entre los preferidos de los fans.


"Teo Torriate" es el cierre y un regalo para el público japonés. Antes de que Queen pisara tierras sudamericanas y varios otros terrenos donde reinó, primero conoció el país asiático y disfrutó de un amor inédito. La devoción de los fanáticos de ese lugar fue algo que marcó para siempre a los ingleses. No sólo los obligó a volver, sino que llevó a ¨May a componer esta pieza con palabras en japonés y un gran sentimiento de gratitud.


Con "A day at the races" se cerró una etapa. Queen estaba en la cima del mundo de la música, pero el surgimiento del punk indicaba que había que hacer algunos cambios para responder a eso. Aunque claro, sin perder la elegancia de la realeza. Y así fue.